
Este artículo escrito el 02/10/2018 terminaba así “Cuando el río suena agua lleva lo cierto y apercibidle es que tanto los unos de un lado y del otro están de acuerdo en estas predicciones que también pueden ser “provocadas” el equilibrio del comercio mundial está en juego ¿hagan sus apuestas ya no va más?”.
En el 19/02/2019 escribí este otro artículo: Los EE.UU ¿quieren desmembrar a Rusia?. Debido a que gran parte de la discusión en torno a los asuntos entre Estados Unidos y Rusia está marcada por la histeria y la hipérbole, se le perdona por suponer que esto es una exageración. Desafortunadamente no lo es. Y ya el 18/09/2022 escribía este otro El juego geopolítico.

Ahora nos enteramos de que dos grandes bancos Credit Suisse y Dost Bank estarían en graves apuros económicos lo que podría suponer un crack financiero mundial, más o menos como ya anticipé en el 2018.
El aumento de la demanda mundial de gas no solo radica en la inestabilidad geopolítica de los últimos meses, sino que contribuyen también a él los esfuerzos de los países desarrollados en su intento por sustituir las fuentes de energía perjudiciales para el medioambiente, como el carbón, por otras más amigables, como el gas natural.
El pasado mes de marzo, la Agencia Internacional de Energía (AIE) publicó un plan de 10 puntos que contemplaba eliminar gradualmente la dependencia de la UE de los hidrocarburos rusos y, finalmente, dejar de comprarlos por completo. En este sentido, la adquisición de volúmenes adicionales de GNL a terceros países es una de las medidas clave que sugirió la agencia. Para el próximo año, el volumen necesario se estimó en 20.000 millones de metros cúbicos.
Si Rusia deja de suministrar petróleo a Occidente, esto podría agravar la recesión en Europa, perjudicar la economía de EE.UU. y debilitar aún más los lazos transatlánticos, opinan economistas estadounidenses, según publico el domingo The Washington Post.
Mientras EE.UU. se abastece de gas por sí solo, Europa depende, en gran medida, de las importaciones, en particular desde Rusia. La UE importó en 2021 155.000 millones de metros cúbicos de gas ruso, lo que significó el 45 % de la importación total de esta materia prima o casi el 40 % del consumo total. Al mismo tiempo, las entregas de gas natural licuado (GNL) de origen ruso representaron una pequeña parte de su consumo: alrededor de 15.000 millones de metros cúbicos.
Hace unos días, el centro analítico de Bloomberg estimó que los países de la UE están listos para superar el próximo invierno sin el gas ruso. Desde la primavera estaban creciendo las compras comunitarias de GNL en todo el mundo y los volúmenes adquiridos muestran que habrá bastante combustible para generar energía.
Sin embargo, en invierno se requerirá la importación de un 40 % más de GNL que un año antes, y en verano Europa podrá comprar aproximadamente otro 14 % para recuperar los volúmenes gastados. Solo con estas cantidades adicionales se podría compensar completamente el cese de suministros desde Rusia.
El análisis de Forbes no es demasiado optimista a este respecto y considera «predecible« que Europa se quede «sin gas almacenado este invierno antes de que la mayoría de las autoridades lo admitan públicamente». «Lo más importante de todo es que Europa no podrá reabastecer adecuadamente sus instalaciones de almacenamiento de gas el próximo verano, lo que significa que el siguiente invierno tiene el potencial de ser una tragedia desastrosa económica y humana», sostuvo el 27 de septiembre el columnista de la revista Sal Gilbertie.
Europa tendrá que llevarse todo el gas licuado disponible y quedará poco para Asia, pronostican los analistas de Bloomberg. Por lo tanto, China y los mercados asiáticos en desarrollo pueden experimentar un descenso en las importaciones.
La redistribución del mercado bajo la presión de la demanda europea ya ha comenzado, estiman los expertos. Se trata de una auténtica lucha entre los países consumidores, tal como lo advirtió el periódico Le Monde, y no solo del aumento de los precios del hidrocarburo. En este contexto, los líderes europeos viajan a los países exportadores de GNL para ponerse de acuerdo en persona sobre los suministros.
La pasada primavera, EE.UU. prometió vender a Europa 15.000 millones de metros cúbicos y aumentar este volumen en 2023. Un estudio de la empresa Rystad Energy, encargado por el Instituto Estadounidense del Petróleo (API por sus siglas en inglés) y la Asociación Internacional de Productores de Petróleo y Gas, sugiere que la demanda de GNL estadounidense por parte de los países de Europa puede superar con creces las evaluaciones actuales. Aun antes del sabotaje en las tuberías de los gasoductos Nord Stream 1 y 2, este equipo de analistas pronosticó un aumento de la demanda en un 150 % para el año 2040 respecto al nivel del 2021.
«Europa se sumergirá en una depresión si Rusia deja de suministrar energía y el precio del petróleo sube hasta 150 dólares por barril. Habrá también un posible impacto en EE.UU. que será malo», destacó Matthew Slaughter, economista del Colegio de Dartmouth. «Rusia pondrá fin a su exportación de petróleo antes de aplicarse el tope precios. Esto empujará la economía estadounidense a la recesión. Los precios de la gasolina se dispararán hasta los 5 dólares por galón alrededor de 3,79 litros. La economía [estadounidense] no podrá aguantar 5 dólares por galón, será abrumador», subrayó Mark Zandi, de Moody’s Analytics.

César Vidal (@esCesarVidal) twitteó a las 9:59 p. m. on jue, oct 06, 2022: “Despreciando a Biden, la OPEP se niega a producir más petróleo para que baje el precio. Para Rusia implica un apoyo directo. Para la UE es una calamidad más. Desde luego los que planearon las sanciones contra Rusia o eran muuuuy estúpidos o buscaban hundir la economía europea”.
La «economía verde», que prometía salvar el planeta del cambio climático y liberar a Europa de la dependencia de los hidrocarburos, irónicamente, no puede evitar recurrir al carbón para contrarrestar la crisis energética que amenaza seriamente su economía. Por si fuera poco, sus líderes, alentados por EE.UU., han impuesto a sus ciudadanos una política de sacrificios, según ellos, en nombre de los valores occidentales y la agenda climática. . ¿cuál es el verdadero fin de esta agenda?.
El plan de Biden es una guerra nuclear limitada a Europa y la destrucción de Rusia … después apurarán un plan de paz… y las empresas americanas saldrían al rescate y reconstrucción de Europa… como en la II GM y otros 70 años de dependencia y sus sicarios siervos de la UE felices,
Y con todo esto y para distraernos la atención de lo verdaderamente grave como es la recesión mundial que ya está encima, nos distraen con un probable empleo de armas nucleares por Rusia.
Entre lo peor de la Historia de España está cuando sus castas privilegiadas se olvidaron de los intereses nacionales y doblaron el espinazo ante el imperio. Hace dos siglos fueron Carlos IV y Fernando VII ante Napoleón. Hoy es el parlamento ante la OTAN y la Agenda globalista.
[…] El chantaje globalista ejecutado por los EE.UU. de la que no se librara. […]
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