Argentina, nación vendida a globalistas y al régimen chino (2ª parte)

En países desarrollados, cada “voluntario” cuesta caro. Tal como informó Business Insideren su artículo titulado: Podrían pagarte $1.100 para probar la primera potencial vacuna contra el coronavirus”, un estudio estadounidense buscaba en marzo a 45 adultos sanos de entre 18 y 55 años de edad.

Sin embargo, el pago para ser voluntario de un “ensayo de desafío” -que requiere ser expuesto a la infección es más caro: en un reportaje, The Sun explica: Los voluntarios se infectarán con coronavirus por £ 3,500 (USD 4.500) en un intento por encontrar la vacuna”. Los “voluntarios” para los ensayos en los países desarrollados son convocados abierta y oficialmente. Además, en su mayoría son bien remunerados.

Manipulación de cifras sobre contagios y muertes: Lo cierto es que la tasa de infección y la tasa de mortalidad del coronavirus se maquillan por diferentes razones. Los mayores manipuladores de datos son los líderes izquierdistas. Un ejemplo es el Partido Comunista chino (PCCh). En el caso de la China comunista, es comprensible que las autoridades nunca digan la verdad, ya que mentir es la esencia del PCCh y, por lo tanto, para salvaguardar su reputación y resguardar sus oscuros intereses y errores, los números que reportan tienden a ser ridículamente bajos. El resultado del encubrimiento del virus PCCh, fue la pandemia.

Pero, por otro lado, ¿por qué es que de repente, en algunos lugares, la tasa de infección por el coronavirus está aumentando? Tal vez se realizan más pruebas, pero los test rápidos no siempre son fiables, especialmente cuando vienen de China y aun aquellos de Alemania.

Esto es porque los test no son específicos para el Virus PCCh, sino que dan positivo a la familia entera de los coronavirus, la cual incluye también a los virus que producen el resfrío común. En Taiwán, Corea del Sur y Japón, etc. se hacen dos testeos más cuando el primero resulta positivo. Esto es para poder confirmar con mayor certeza el resultado.

En este contexto, los testeos rápidos realizados por única vez, que no son para nada confiables, como se suelen hacer en Argentina, solo sirven para “inflar” artificialmente el número de infectados por el Virus PCCh.

Así como el régimen comunista chino “desinfla” las cifras, gobiernos occidentales pueden “inflarlas” para inculcar miedo y poder imponer cuarentenas interminables. La primera medida de Argentina contra el coronavirus fue aplicar la cuarentena estricta. La misma se terminó convirtiendo en la más larga del mundo, generando daños inmensurables en la economía y en el estado mental del pueblo. Sin embargo, las razones que se dieron para llevar a cabo tan drástica medida no encajaban con la realidad.

Cuando el gobierno impuso por primera vez una rígida cuarentena en marzo, el virus no representaba peligro alguno en este país sudamericano. El día que se anunció la necesidad de establecer una cuarentena total en toda Argentina, el 19 de marzo de 2020, se habían reportado 128 casos confirmados de infectados y tres fallecidos por el Virus PCCh. Estos números bien no podrían haber reflejado la realidad por una variedad de razones, tales como un bajo número de testeos en la población en general y el registro de muertes por otras patologías que no son el virus.

Por un número de infectados y muertos sumamente bajos comparados con otros países y a la vez de fuentes dudosas, los argentinos tuvieron que sufrir una cuarentena interminable, la cual todavía sigue vigente, afectando los empleos y la vida en general de la población.

La verdad es que, desde marzo hasta casi fines de mayo, Argentina no tuvo un “brote” de infección que justificara una cuarentena interminable que trajo solo miseria a todo el país, especialmente a la gente más vulnerable. Sin embargo, a pesar de los pocos casos antes de junio, el gobierno decretó una restricción absoluta de la libertad de los ciudadanos para “prevenir contagios”.

Vale mencionar que este tipo de cuarentena total y prolongada fue inventada por la China comunista. Pero tampoco sirvió para hacer desaparecer el virus en el país asiático. Las muertes en los hospitales de Wuhan fueron muchísimas en las primeras semanas de la cuarentena y muchas por tratamiento errado. En Wuhan, después de la cuarentena, se hicieron testeos a 10 millones de habitantes.

En Internet, solo por un día, apareció la noticia de que las pruebas habían arrojado que 500.000 personas estaban infectadas, pero esta noticia despareció casi de inmediato, y un anuncio oficial afirmaba que los testeos dieron “cero infectados”. El medio millón de casos positivos se acerca un poco más a la realidad.

No obstante, tal cifra no afectó a la vida normal de la ciudad cuando esta se abrió de nuevo; todo sigue funcionando como de costumbre, con los negocios reabiertos y las calles llenas de gente. Tampoco se escucha más sobre la epidemia en Wuhan. Actualmente, lejos de ser el virus, las preocupaciones más grandes para la población local son la pérdida de sus ingresos -por los efectos de la cuarentena- y las severas inundaciones causadas por el Río Yangtsé que afecta a las cosechas. La gran preocupación del PCCh sobre una eventual hambruna, la cual representa una amenaza a su ya debilitado control, queda en evidencia ante sus desesperadas adquisiciones de alimentos alrededor del mundo.

De hecho, ahora, cada vez que el gobierno comunista chino quiere hacer algo a “espaldas” de la población, toma al virus como razón para imponer una cuarentena. A esta altura, ya no se sabe si las cuarentenas decretadas esporádicamente en distintas ciudades son para apaciguar los contagios o por otros motivos. La verdad es que las autoridades comunistas chinas manipulan las cifras de infectados, inclusive de muertes, con total arbitrariedad, según sus necesidades.

Volviendo a Argentina, la decisión de los financistas de las vacunas de que la nación sudamericana sea la “elegida”, y los arreglos y la coordinación para que ello suceda, debieron haber tenido lugar hace un tiempo. De ser así, surge el interrogante acerca de si el gobierno decretó la cuarentena para prevenir la aparición temprana de casos (pero que tendría como consecuencia que luego no hubiesen “voluntarios” suficientes cuando se hiciesen los ensayos de las vacunas); para asegurar un número suficientemente alto de personas sanas en ciertos barrios (ya que se requiere sujetos sanos para los ensayos donde se inocula el virus para determinar la eficacia de una vacuna); o fue una táctica para instalar miedo, mantener absoluto control y obediencia y facilitar “la búsqueda de voluntarios” .

Constantes advertencias sobre la llegada del pico para justificar la cuarentena. En Argentina, la fecha del pico de contagios ya había sido anunciada por las autoridades el 25 de marzo. Ámbito informó ese día que el presidenteAlberto Fernández aseguró que el Gobierno espera que el ‘pico más alto’ del coronavirus sea la primera quincena de mayo en base a ‘la peor hipótesis’ de la pandemia”.

En ese día, Argentina registró 345 casos positivos y 3 muertos por el virus. El ministro de Salud de la Nación, Ginés González García también salió ese día en los medios a decir que el pico máximo de contagio se produciría en mayo. La noticia sobre el pico de mayo abarrotó los titulares de los medios de comunicación, causando ansiedad en la población.

El gobierno espera el pico de infectados con coronavirus para fines de abril o principios de mayo”; “la curva del coronavirus en la Argentina: confirman el pico para fines de abril y explican cómo se comportaría el virus”.

Y para dar mayor credibilidad a la proyección del pico en mayo, incluso apareció apoyo desde el exterior.La consultora Boston Consulting Group realizó un informe basado en las cifras oficiales del coronavirus a nivel mundial que maneja la Universidad Johns Hopkins, y reveló un supuesto escenario con un pico de casos de Covid-19 para la cuarta semana de mayo. El estimativo coincide con lo que prevé el Gobierno nacional.

Con respecto a la Argentina, los expertos de la consultora extranjera calcularon que la salida de la emergencia, de la apertura progresiva de las fronteras y del aislamiento social debería suceder entre la cuarta semana de junio y la cuarta semana de agosto, dependiendo del avance del virus, entre otros factores”.

¿Cuáles son los motivos en Argentina para que la gente se quede encerrada en casa hasta fines de agosto?. Los pronósticos sobre el pico en Argentina de la Universidad Johns Hopkins, socia de la Fundación Bill y Melinda Gates, apoyaban o más son idénticos a la versión de la fecha dada por las autoridades en Argentina. Esto deja entrever que las acciones pudieron estar sincronizadas. O que sea en el propio ejército argentino donde más voluntarios encuentren.

Sue Desmond Hellmann, CEO de la Fundación Bill y Melinda Gates, en su discurso del 3 de diciembre de 2015, dijo: “Y como ya sabrán, hay una gran historia de colaboración entre Johns Hopkins y la Fundación Gates. De hecho, Hopkins fue uno de nuestros primeros socios”.

Y, como se podría imaginar, las donaciones de la Fundación Gates a la universidad no escasean. Ya en 1999 la Fundación de Bill y Melinda Gates le dio a Johns Hopkins un “regalo” de US$20 millones a su Facultad de Salud Pública para el establecimiento del Instituto de Población y Salud Reproductiva. En 2003 el monto de una segunda donación fue de US$40 millones y en 2018 de US$20.5 millones.

Pero sin lugar a dudas, una de las cosas más llamativas de estas dos instituciones fue su organización de un simulacro de una pandemia de coronavirus en octubre de 2019 en Nueva York, llamado “Event 2o1”.

“Solo unos meses antes del brote de Covid-19, las élites mundiales realizaron un ejercicio llamado Evento 201, donde simularon una pandemia global de un coronavirus que se transmitía de los murciélagos a los humanos. Llevado a cabo en octubre, el evento fue organizado por el Centro Johns Hopkins para la Seguridad de la Salud, la Facultad de Salud Pública Bloomberg, el Foro Económico Mundial y la Fundación Bill y Melinda Gates. La simulación analizó los impactos del virus sobre la salud, así como las consecuencias en la economía, el estilo de vida y el comercio”, describió el 14 de marzo de este año, el medio The Gateway Pundit.

Los ensayos de vacunas en humanos necesitan ciertas condiciones y ciertos tipos de “voluntarios”. The New York Times informó el 5 de mayo que BioNTech estuvo realizando ensayos en Alemania en abril, aplicando la vacuna experimental a solo 12 adultos sanos, aunque se ampliaría a 200 participantes. El reportaje además indicó que Pfizer planeaba probar con 360 voluntarios sanos y agregando hasta 8.000 voluntarios al final de la segunda etapa.

Estos números chicos son la norma en países desarrollados donde los laboratorios tienen que actuar ética y correctamente. ¿Pero en qué países se harán ensayos que necesitan 30.000 voluntarios sanos a costos accesibles?

El National Herald de India reveló que en el evento también había un participante chino, el jefe del Centro Chino para el Control y Prevención de Enfermedades.

¿Fue simplemente una coincidencia que estas dos organizaciones, con la asistencia de un importante funcionario del PCCh, realizaran una simulación de una pandemia global causada por un coronavirus en octubre de 2019, solo dos meses antes del brote de la epidemia en China?.

1ª parte