Ya en la Guerra de Indochina se inició el trafico de drogas por la CIA, cuando las aspiraciones coloniales de Francia cedieron ante los intereses de Estados Unidos en los años cincuenta del siglo XX, como el trafico de drogas que ellos iniciaron.
Para entonces, el emperador de Vietnam, Bao Dai, fue derrocado por Ngo Dinh Diem y Van Minh, grandes productores y comerciantes de opio. A instancias de la CIA, los hombres de Diem empezaron a utilizar aviones norteamericanos para transportar armas y suministros en apoyo a las fuerzas del Kuomintang que enfrentaban a la revolución comunista en China. Las operaciones de regreso se utilizaron para cargar las aeronaves con opio, a la vista de todo el mundo, para financiar la naciente guerra en Laos y Camboya. Las compañías aéreas fueron popularmente bautizadas como «Air Opium». Algo similar a lo que ocurrió durante los ochenta en Centroamérica, cuando la CIA financió a la contra nicaragüense con la droga de narcos colombianos y mexicanos.
La primera realidad es que la creciente implicación de la CIA y su responsabilidad en el tráfico mundial de droga es un tema tabú en los círculos políticos, campañas electorales y medios masivos de difusión. Y quienes han tratado de romper ese silencio,como el periodista Gary Webb, han visto sus carreras destruidas.
Las fuerzas especiales afganas les dispararon en la cabeza y el corazón. La operación, dijo la unidad afgana entrenada por la CIA, apuntó a los militantes del grupo Estado Islámico en una región remota de la provincia oriental de Nangarhar. En realidad, la redada tuvo lugar en la capital de la provincia, Jalalabad, al alcance de las oficinas del Ministerio de Justicia. En una entrevista con The Associated Press, la familia dijo que los hermanos muertos incluían un maestro de escuela y un asistente de un miembro del parlamento de Afganistán. Los medios locales e internacionales revelaron la verdad de su muerte y el jefe de inteligencia del país, Masoom Stanikzai, se vio obligado a dimitir.
Los hombres que los mataron eran de una fuerza progubernamental respaldada por la CIA y que en gran medida no eran responsables ante las autoridades afganas, dice la familia, uno de los varios que operan en el este y el sur de Afganistán en las fortalezas tradicionales talibanes.
El legado de Estados Unidos cuando deje Afganistán después de una generación en guerra, y si las tropas estadounidenses se van, aún quedarán las organizaciones paramilitares con nombres como NDS01, o NDS02, la Fuerza de Protección Khost y la Fuerza de Ataque de Kandahar. Que la CIA los entrenó y financió para atacar objetivos de Al Qaeda y Talibán. Un nuevo informe espantoso de Human Rights Watch los encuentra más propensos a aterrorizar a los civiles afganos que buscan sobrevivir a una guerra que ninguno de ellos eligió.
Un informe coincidiría con los hallazgos recientes de las Naciones Unidas que hasta ahora en 2019, las fuerzas militares afganas e internacionales han sido responsables de 484 muertes de civiles y 777 lesiones de civiles y al menos 468 de esas muertes civiles fueron atribuidas a fuerzas extranjeras. A las preocupaciones cifras anteriores se añadirían nuevas cifras del Pentágono que muestran que las fuerzas estadounidenses realizaron 1.113 ataques aéreos solo en el mes de septiembre, una cifra que equivale a un promedio de 40 ataques aéreos al día.
Según un informe de la Open Society Foundation, entre diciembre de 2010 y febrero de 2011, las Fuerzas Especiales de EE. UU., Junto con el ejército afgano, realizaron un promedio de 19 redadas nocturnas cada noche.
Pero no solo en Afganistán entabló la CIA lazos con narcotraficantes, Lo mismo sucedió en América Latina en donde la agencia de inteligencia estadounidense recurrió a organizaciones dedicadas al tráfico de drogas para financiar movimientos de desestabilización contra gobiernos latinoamericanos que no accedían a alinearse con la agenda de EUA. «En el escenario estadounidense, el dinero de la droga provenía desde el Cono Sur y se convertía en dinero legítimo en Wall Street. En el escenario latinoamericano, este mismo dinero, una vez blanqueado, volvía a la región en forma de fondos para el paramilitarismo», afirma el ex-agente federal Michael Ruppert. Por otro lado la CIA también se vinculó al narcotráfico para deslegitimar movimientos sociales dentro de los propios Estados Unidos y organizaciones avocadas a la lucha por los derechos civiles de la población, o grupos con ideologías que amenazaban la hegemonía psicocultural promovida por el gobierno con ayuda del mainstream media.
Obligado a través del Acta de Información Pública, el gobierno federal de Estados Unidos desclasificó un archivo con más de ocho mil documentos en los que se detallan, entre otras cosas, la participación de la CIA en organizaciones de tráfico de drogas.
Una Comisión de Juristas por la publicación de estos informes sobre el narcotráfico calcula que en Estados Unidos se lavan cantidades de dinero, provenientes de actividades ligadas al narcotráfico, que superan los 100,000 millones de dólares (un cálculo bastante conservador ya que hay versiones que aseguran que esta cantidad asciende a por lo menos 600 mil MLL). Mientras que reportes de esta misma entidad aseguran que la élite financiera estadounidense, así como en general la de América Latina, se benefician indirecta pero palpablemente, del monumental negocio que se genera a partir del tráfico de narcóticos. Y tomando en cuenta que Wall street, Hollywood, los grandes bancos, la mayoría de los gobiernos, e incluso las clases altas, a fin de cuentas obtienen ganancias de este fenómeno, podemos creer que hay alguien, dentro de la esfera de poder, que genuinamente desea el fin de esta práctica? Y aún más allá ¿Es la CIA el más grande cartel de drogas del mundo?
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La CÍA es la responsable de incumplir los Derechos Humanos de EEUU en el resto del mundo. Tráfico de armas y tráfico de drogas el gran «cancer» del mundo. Excelente artículo
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Digamos amigo Ramón que es una parte del cáncer que hay mas metástasis
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Siempre los servicios secretos han sido una especie de «Estado dentro del Estado», con unas normas distintas a las del resto y respecto de cuya actuación únicamente parece dar cuenta El Jefe (la «responsabilidad» de los demás se suele arreglar de formas más expeditivas). La CIA no es diferente en ese aspecto a sus predecesoras y/o coetáneas.
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Ah, y me faltó preguntar algo: todos estos documentos datan del mandato del Obamesías, ¿no? Poco menos que el que nos iba a traer la paz al mundo. Por cierto y ya que estamos: ¿cuándo va a devolver ese señor su inmerecido Nobel de la Paz?
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En realidad si se podría decir que los servicios secretos de cualquier país son un estado dentro del estado pero también es verdad que muchas de sus actuaciones son ignoradas por el gobierno, y si en parte le implica a Obama
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