El nacionalista Stepan Bandera, uno de los fundadores del Ejército Insurgente y de la Organización de Nacionalistas Ucranianos, quien tuvo un papel destacado en el asesinato de al menos 100.000 civiles polacos y judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Ahora Bandera es hoy la figura central de los nacionalistas de extrema derecha en Ucrania. De hecho, detrás las protestas de Euromaidán que ocasionaron la salida del poder del presidente Víctor Yanukovich en 2014 estaba la organización Pravy Sektor “Sector de derecha”, un grupo nacionalista que recibía entrenamiento en artes marciales, tácticas de combate y cócteles molotov para combatir a la policía.
Este peligroso movimiento que cuenta al menos con unos 10.000 simpatizantes se suma a otras organizaciones de extrema derecha como el partido Svoboda (Libertad), el partido Batkivshchyna (Patria) y la Alianza Democrática para la Reforma (UDAR) sectores que, desde la crisis política en Ucrania que desencadenó la guerra civil en el oriente del país, han tenido un papel destacado en las confrontaciones armadas, pero también en el ex gobierno de Petro Poroshenko. El factor común de todos estos grupos extremistas es considerar a Stepan Bandera como un mártir, el ícono de la independencia y el nacionalismo ucraniano.
Desde las protestas de 2014, los movimientos ultranacionalistas y filonazis adquirieron cierta visibilidad en el país y a pesar de que su representación no llega al 5% en la Rada Suprema, lo cierto es que su poder va en progresivo incremento. En junio de 2018, por ejemplo, al menos unos 20.000 nacionalistas ucranianos marcharon para conmemorar el “Día del defensor de la Patria y el 75 aniversario de la fundación del Ejército Insurgente Ucraniano (UPA)”. En un desfile propio de la iconografía de la Italia fascista, los nacionalistas, antorchas en mano, proclamaban consignas xenófobas dirigidas principalmente a los rusos que viven en Ucrania.
El centro de la manifestación fue nuevamente Stepan Bandera que hoy constituye una figura polémica entre los ucranianos. Sus defensores insisten en reconocerlo como un personaje vital para la independencia del país (así eso haya implicado colaborar con el nazismo); mientras que sus detractores lo consideran una figura peligrosa con un discurso abrasivo. Al margen de la discusión, lo cierto es que Bandera es hoy por hoy el símbolo del peligroso nacionalismo ucraniano.
Los discursos extremistas de “Ucrania para los ucranianos” ha encontrado eco en diversos movimientos y líderes locales que buscan a toda costa negar los nexos históricos y familiares que los emparentan con Rusia. El propósito esencial de estos grupos es crear un ambiente de división y exclusión, alimentando de manera consiente el odio hacia su vecino. Ejemplo de lo anterior fue la declaración del jefe adjunto del llamado “Ministerio para los Territorios Ocupados Temporalmente”, Yury Grimchak quien aseguró que Ucrania despojará de su ciudadanía a aquellos habitantes de Donbass (región actualmente en disputa en el oriente del país) que adquieran el pasaporte ruso. Esta muestra de mezquindad política deja entrever el nacionalismo exacerbado y fanático que busca desconocer los lazos históricos entre dos pueblos hermanos. La intención de los nacionalistas ucranianos es, por tanto, negar ese camino común y a cambio impulsar el odio y la xenofobia, sirviendo los intereses de USA y la OTAN.
La circunstancia que agudiza aún más lo anterior y que torna el asunto de manera peligrosa son las estructuras paramilitares y abiertamente neonazis que entrenan en diversas partes del país para enfrentar al ejército ruso en un eventual conflicto de gran escala. Lo inquietante es que las milicias están conformadas por niños entre los 7 y 16 años que son adoctrinados para “matar rusos”. En los denominados “campamentos patrióticos” se organizan actividades políticas y entrenamiento militar permanente y agresivo. Por ejemplo, en el campo ubicado en Gart Voli (región de Ternopil) hay unos 11.000 miembros, desde activistas antiestablecimiento pasando por nacionalistas radicales y hooligans hasta individuos abiertamente neonazis. En ese ambiente es justamente donde están creciendo miles de niños ucranianos. Un crimen total.
En estos campamentos, los muchachos son adoctrinados para considerar a los rusos como el enemigo acérrimo, como el fin último de sus acciones violentas. Los instructores del partido Svoboda lanzan consejos del calibre: “No pienses en tu blanco como si fuera una persona” y ese blanco son los soldados rusos que los nacionalistas perciben como invasores por lo que buscan expulsarlos o aniquilarlos. En la misma dirección, van las arengas de Yuri Cherkashin, un ex combatiente que lidera el campamento, según él, “nunca apuntamos las armas a las personas, pero no consideramos que los separatistas sean personas”.
Esta clase de discursos son muy similares a los utilizados en su época por Adolfo Hitler para emprender su sanguinaria matanza en contra del pueblo judío, de ahí que resulte extremadamente peligroso que niños desde los 7 años estén siendo adoctrinados para eliminar a quienes consideran “subhumanos”.
En el oriente del país se encuentra una de las estructuras más peligrosas: el batallón de Azov. Esta organización es el brazo militar del partido político Cuerpo Nacional que cuenta con dos escaños en la Rada Suprema. El grupo armado ha sido financiado y entrenado por cuerpos élite de Estados Unidos e Israel, según información del FBI. Originalmente, “el batallón de Azov surgió como un grupo paramilitar de nazis ucranianos vinculados al partido Nacional Socialista y luego se incorporó al Ministerio del Interior como parte de la Guardia Nacional”.
Lo que demuestra la filtración de grupos extremistas en las altas esferas del Estado ucraniano. De acuerdo con palabras de su fundador y actual parlamentario, Andrey Bilitsky, “la misión histórica de nuestra nación en este momento crítico es dirigir las razas blancas del mundo en una cruzada final para su supervivencia”. Amparando el racismo y la supremacía nacional se esconde el apoyo de Estados Unidos que, como hemos visto en otras investigaciones tiene claros intereses en el conflicto en Ucrania.
La influencia de los extremistas de derecha en el Estado ucraniano es hoy una realidad. Lo complejo del asunto es que ningún gobierno podrá alejarlos de manera definitiva pues ellos (los nacionalistas) creen que el derrocamiento del presidente Yanukovich fue una victoria suya. Además de este factor, debe considerarse que las grandes potencias como Estados Unidos y el Reino Unidos están dispuestas a intervenir de manera activa para desestabilizar Eurasia e influir a los gobiernos que contravengan sus directrices. Teniendo en cuenta que Ucrania es un importante centro de acopio del mercado negro de armas.
Mientras algunos medios de comunicación se empecinan en presentar las Repúblicas Populares de Donetsk y Luhansk como “regiones rebeldes” que necesitan ser reunificadas a Kiev, pasan por alto las masacres y vejámenes que el gobierno ucraniano ha promovido en el este del país. En efecto, después del golpe de Estado de 2.014, efectuado al presidente Víctor Yanukovich (quien se negó a que Ucrania ingresara a la Unión Europea), diversos sectores del nuevo gobierno han provocado una oleada de violencia generalizada. El objetivo es que estos Estados que se declararon independientes sean controlados a como dé lugar por el poder central de Kiev. Según un informe realizado por el alto comisionado para los derechos humanos de la ONU, Zeid Ra’ad Al Hussein, entre el 1 de enero y el 18 de junio de 2017 se registraron 67 muertos y 308 heridos por el conflicto en el este de Ucrania, lo que significa que aumentó en 74% el número de víctimas frente al mismo periodo de 2016.
El presidente de Ucrania, Vladímir Zelenski, afirmó que Moscú puede dar un paso hacia el desbloqueo del diálogo con Kiev si cumple con la resolución del tribunal. La Convención de la ONU sobre el Derecho del Mar de 1982 no puede aplicarse al caso de los barcos ucranianos detenidos en noviembre pasado en el estrecho de Kerch, señaló el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso en un comunicado.
El principal líder militar de Ucrania Dimitri Yarosh amenaza con asesinar a Zelensky si hace las paces con Rusia. Dmitry Yarosh, comandante del Ejército Voluntario Ucraniano:
“Sus declaraciones sobre la paz a cualquier precio son peligrosas. Vladimir no tiene idea de este «precio». Ojalá se diera cuenta del precio del que habla. ¿Cree que no debemos vengarnos? No me importa la opinión de un grupo de simplones ya que este estado no pertenece a la chusma. Pertenece a los guerreros que han muerto por ello todos los días durante los últimos cinco años. Es nuestro estado, y no se lo daremos a los transeúntes. En su discurso inaugural, Zelensky dijo que estaba listo para perder sus calificaciones, popularidad y publicación. Pero él perderá su vida. Colgará de un árbol en la calle principal de Kiev si traiciona a Ucrania y a las personas que murieron durante la revolución y la guerra. Es importante que entienda esto «.
Mientras un nuevo frente de provocación surge en la zona, según el País; “Una redada policial contra una red de contrabando en el norte de Kosovo, de mayoría serbia, ha aumentado este martes la tensión en la zona donde se han registrado enfrentamientos, con Belgrado que ha puesto tropas en «plena preparación para el combate» y con Rusia, tradicional aliado de Serbia, por la detención y posterior liberación de uno de sus ciudadanos, miembro de la misión de la ONU en Kosovo”.
«Zelenski debe tener el coraje para reconocer que Ucrania no lucha contra Rusia, sino contra su propio pueblo en Donbás», declaró en un comentario a Sputnik el senador ruso por Crimea, Serguéi Tsékov.
El nuevo presidente durante su campaña electoral confirmó su determinación a reiniciar el diálogo respecto a Donbás, si bien indicó varias veces que nunca aceptaría rendir sus territorios y se refería a Crimea y partes de las regiones de Donetsk y Lugansk.
Tenemos dos guerras, una contra Rusia y otra contra la corrupción dentro del país que es una amenaza sobre todo para su economía», señaló el líder ucraniano.
Claro que el medio ruso VZ.RU, dice otra cosa bien distinta; Estaríamos hablando de una bolsa «perdida» con documentos, de un plan operativo detallado para la operación, así como los nombres de los oficiales de policía. Además, los documentos con los números de teléfono de los empleados. En la carpeta hay fotos y los datos personales recogidos a detención serbios en Mitrovica Kosovske, Leposavic, Zubin Potok, pasa a la Agencia de noticias TASS.
Entre ellos está un miembro del personal de la misión de la ONU, un ciudadano de Rusia, Mikhail Krasnoshchecov, que fue lanzado más adelante, pero terminó en el hospital. Durante la incursión resultaron heridos sobre 100 personas. El Presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, mientras tanto, ordenó aplicar la preparación completa de combate del ejército del país. Que por supuesto no cita el País.
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