Efe. Washington: El presidente de EE.UU., Donald Trump, anunció este miércoles la imposición de sanciones a los sectores del hierro, acero, aluminio y cobre de Irán, que según la Casa Blanca representan el 10 % de las exportaciones iraníes, en plena escalada de tensiones entre Washington y Teherán.
El presidente Donald Trump derogo formalmente los acuerdos de su antecesor Obama que había hecho con Irán para levantar las sanciones a cambio de que Teherán reduzca sus actividades nucleares. Desde entonces, Trump ha introducido algunas de las sanciones económicas más sólidas que se han impuesto a Irán y el mes pasado calificó al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Iraní como una organización terrorista, la primera vez que los Estados Unidos designaron parte de otra.
La iniciativa considera como actividad terrorista cualquier ayuda informativa, financiera o tecnológica al Mando Central del Departamento de Defensa estadounidense (CENTCOM, por sus siglas en inglés), que mantiene presencia en una veintena de naciones de Oriente Medio y Asia, según la agencia Mehr.
En respuesta a la reciente decisión de Washington de calificar a los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (CGRI) como organización terrorista extranjera, el Parlamento de Irán ha aprobado este martes un proyecto de ley que cataloga a las fuerzas estadounidenses en Oriente Medio igualmente como terroristas. La medida, presentada por la Comisión de Seguridad Nacional y Política Exterior del Parlamento, fue aprobada por 204 votos a favor, dos en contra y una abstención, informa la agencia iraní Tasnim.
Después de que Trump se retiró del acuerdo, que recompensó financieramente a Irán por hacer promesas razonables y temporales para reducir aspectos de su programa nuclear, los críticos del presidente advirtieron que sus políticas pondrían a los Estados Unidos en un camino hacia la guerra con Teherán y que los Estados Unidos dejarían a Irán aislado en el mundo.
Un año después, no ha estallado la guerra y vale la pena ver lo que sucedió y lo que no sucedió para una evaluación clara de la estrategia de «máxima presión» del presidente Trump. Esa estrategia ha visto a la Casa Blanca desplegar esta semana un grupo de ataque liderado por el portaaviones USS Abraham Lincoln en el Medio Oriente como una fuerza defensiva para la estabilidad y la calma, con la intención de disuadir a Irán o una rama deshonesta de su gobierno de atacar los intereses estadounidenses. También exigió a Irán que cambie su comportamiento y vinculó las sanciones a la toma de rehenes y el apoyo del régimen a los grupos terroristas, los talibanes, los rebeldes hutíes en Yemen y sus programas de misiles nucleares y balísticos. Estados Unidos ha sometido a todas las naciones a sanciones estadounidenses por cualquier importación de petróleo iraní.
El Comando Central de la Fuerza Aérea de EE.UU. informó que los bombarderos estratégicos B-52 que partieron este 7 de mayo de la base de la Fuerza Aérea en Barksdale, en el estado de Luisiana, llegaron a la Base Aérea de Al Udeid, cerca de Doha (Catar). Las autoridades militares publicaron las imágenes del aterrizaje de la aeronave en Al Udeid.
John Bolton, anunció que Washington despliega el USS Abraham Lincoln en Oriente Medio para «enviar un mensaje claro e inequívoco» a Irán de que «cualquier ataque contra los intereses estadounidenses o de sus aliados se enfrentará con una fuerza implacable». «EE.UU. no busca una guerra con el régimen de Irán«, y agregó que Washington «está completamente preparado para responder a cualquier ataque, ya sea del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica o las fuerzas regulares iraníes».
Según cita USA Today Charles Summers, señaló este lunes que Washington dispone de «indicios sobre la voluntad iraní de llevar a cabo unas operaciones ofensivas contra las fuerzas de EE.UU. y sus intereses»
El viceministro de Exteriores de Irán, Seyed Abbas Araqchi, ha advertido este martes sobre la posibilidad de enfrentamientos entre las fuerzas iraníes y estadounidenses tanto en el golfo Pérsico como en otros lugares, y ha responsabilizado de antemano al Gobierno de EE.UU. de eventuales conflictos armados. «No hay dudas de que EE.UU. será responsable de una situación así», agregó, citado por la agencia iraní FARS.
Que pretenden los EE.UU., reducir a cero las exportaciones de petróleo de Irán, 40% del PIB, para profundizar una crisis económica que ya se espera que reduzca el PIB de Irán este año en un 6%. Irán también advirtió que si ahogamos sus exportaciones de petróleo que salen del Golfo Pérsico a través del Estrecho de Ormuz, el Estrecho podría estar cerrado a otras naciones. A medida que el 30% de los envíos de petróleo del mundo atraviesan el Estrecho, su cierre podría causar un desplome global.
Al preguntarle si Trump estaba buscando la confrontación y el «cambio de régimen» que Bolton defendió antes de convertirse en su asesor de seguridad nacional, Mohammad Javad Zarif dijo que no. «No creo que el presidente Trump quiera hacer eso. Creo que el presidente Trump se presentó con una promesa de campaña de no llevar a Estados Unidos a otra guerra».
En cualquier caso Irán es un bocado demasiado grande para los EE.UU., y el primero que caería sería Israel, así que el agua no llegará al río la hegemonía de los EE.UU., está en declive y deberán empezar ya a pensar y actuar de otra manera, estamos en la misma taxitura por el petroleo como en Venezuela y ni en Irán, ni Venezuela podrán hacer nada, China y Rusia están enfrente
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