Como bien se sabe, la Carta de Naciones Unidas es extremadamente clara con relación a la única excepción a la prohibición del uso de la fuerza consagrada como tal desde 1945: la legítima defensa (y las operaciones militares realizadas con la aprobación del Consejo de Seguridad bajo el Capítulo VII de la Carta). No obstante, desde el 11/S, diversas interpretaciones hechas por Estados Unidos y por sus aliados con relación a la noción de legítima defensa intentan justificar legalmente acciones militares unilaterales o colectivas en el territorio de otros Estados, sin contar con el consentimiento previo de sus autoridades.
La compilación sistemática de cada bombardeo registrado en Siria y en Irak por parte de la denominada “coalición” liderada por Estados Unidos (véase los ilustrativos gráficos realizados por la ONG Airwars.org) evidencia que las bombas que caen en suelo sirio e iraquí provienen en su inmensa mayoría de aeronaves norteamericanas. Al revisar con detenimiento la figura 9, para el único mes de julio del 2016 (al corte del 25 de julio), se contabilizan en Siria 4414 bombardeos norteamericanos y 249 realizados por los miembros de la “coalición” (la cual cuenta con nueve integrantes, a los que hay que restar Canadá desde febrero del 2016).
En una reciente nota publicada en el sitio del European Journal of International Law (EJIL) sobre este mismo llamado colectivo, se lee que: “Particularly since 9/11, several States have supported a broad reading of the right to use force in self-defence, as allowing them to intervene militarily against terrorists whenever and wherever they may be. A consequence of that conception is that any State could be targeted irrespective of whether that State has ‘sent’ the irregular (in this case terrorist) group to carry out a military action or has been ‘substantially involved’ in such an action”
Las extrañezas de la diplomacia francesa
El uso de la fuerza de un Estado (o de una coalición de Estados) amparado en el ejercicio de la legítima defensa solo se puede realizar de conformidad las reglas vigentes en el ordenamiento jurídico internacional, y las interpretación de estas hecha por la Corte Internacional de Justicia (CIJ), en particular en cuanto al alcance exacto de las disposiciones de la Carta de Naciones Unidas. Sobre este punto en particular, es de recordar que los delegados de Francia presentaron un sorprendente proyecto de resolución a sus homólogos en el Consejo de Seguridad días después de los atentados de Paris del 13 de noviembre del 2015 (véase el texto completo de la « blue version » circulada entre las delegaciones) evitando toda referencia a la Carta en su parte dispositiva: se trató, sin lugar a dudas, de una verdadera “première” de la diplomacia francesa en Naciones Unidas que ameritaba, como mínimo, ser señalada como tal (Nota 2). Como nos permitimos escribirlo en su momento en las páginas del sitio jurídico Derecho al Día (Costa Rica), “… en la ciencia del derecho, la ambigüedad de los términos y la confusión que conlleva su uso son particularmente útiles cuando las reglas son claras. Resulta evidente la prontitud con la que los delegados de Francia intentaron justificar desde el punto de vista jurídico sus acciones militares en Siria, obviando el hecho que la resolución adoptada no refiere expresamente a acciones militares, las cuales solamente pueden ser las previstas en el Capítulo VII de la Carta” (Nota 3). Si te quieres descargar el documento completo de 2019 11 20 Terrorism draft res blue Official BLUE REV
También analizado en una breve nota (titulada “Francia en guerra: breves apuntes desde la perspectiva internacional” publicada el 25/11/2015 en la Revista Pensamiento Penal, Argentina) el juego de palabras al que Francia procedieron las autoridades francesas de manera muy sutil días después del atentado de París del 13 de noviembre del 2015, recordando extrañamente lo oído en Estados Unidos en el 2001 después del 11/S.
Una vez más podemos llegar a la conclusión que desde el 2.003 no se han salido del guion establecido: Se trata, más bien, de un informe dirigido a crear alarma para justificar la existencia de la OTAN, el gasto militar, la militarización de Europa y la omnipresente presencia militar de EEUU. Semanas atrás, los ministros de la Alianza Atlántica reunidos en Varsovia, los días 8 y 9 de julio, aprobaron nuevas medidas de cerco militar sobre Rusia. La decisión fue revestida de huecas frases, dirigidas tanto a disfrazar la política de acoso contra la superpotencia eslava, como a engañar al ciudadanito de a pie, que debe seguir creyendo que la OTAN es, para Europa, la reencarnación del Espíritu Santo. Escasa verdad hay en las frases y demasiada verdad en las acciones que apuntan a preparativos disimulados y pautados para una guerra de la OTAN contra Rusia.
¿Cómo está reaccionando Rusia en Europa?
El Ministerio de Defensa de la Federación Rusa, en una breve nota dice: Inspección repentina de las fuerzas y tropas de Distritos Militares del Oeste y Centro, la Flota del Norte, el alto mando de las Fuerzas Aeroespaciales, el mando de las Tropas Aerotransportadas. Y el 26.08.2016 (12:34) Las tripulaciones de la aviación militar de transporte de las Fuerzas Aeroespaciales pasaron al traslado del material y personal a las zonas designadas en el marco de la inspección repentina de la disposición combativa.
Katheon ya advertía el 08.07.2016 de la AMPLIACIÓN DE LA OTAN EN LOS BALCANES OCCIDENTALES La amenaza de una “Gran Serbia”
Los servicios de inteligencia de los EEUU, principalmente la CIA, vio claramente la situación en estos términos según atestigua el material desclasificado. Esta percepción negativa del factor serbio fue enfatizado en un documento datado en enero de 1993 [6], en el que la CIA postulaba el posible surgimiento de una “Gran Serbia hostil” desde las ruinas de Yugoslavia, que “será una fuerza perjudicial en Europa” y en consecuencia, un adversario de los EEUU. La CIA propuso a los EEUU (27-01-1993), y por tanto a la OTAN, objetivos de política exterior tales como “detener la futura agresión Serbia”, y “forzar la retirada de las conquistas serbias hasta la fecha”. Nuevamente se confirma el plan detallado proveniente del documento “anónimo” descubierto en 1.979
¿Pero y en Siria? El filósofo chino Sun Tzu escribió “Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, no necesitas temer el resultado de cien batallas. Si te conoces a ti mismo, pero no al enemigo, por cada victoria también sufrirás una derrota. Si no conoces ni al enemigo ni a ti mismo, sucumbirás en cada batalla“ Sun Tzu, El arte de la guerra.
Es una noción generalizada, fomentada por los medios de comunicación dominantes estadounidenses y europeos e incluso por los medios de comunicación en China y Rusia que Washington está en confusión, una superpotencia o potencia hegemónica que ha perdido la orientación. Los analistas de los medios escriben sobre un choque político o de una batalla interna entre facciones que hace que cualquier acción de EE.UU para destruir al ISIS o DAESH en Siria e Irak sea un chiste absurdo y torpe.
Ese engaño ha sido la característica más distintiva de la política exterior de EE.UU a partir del periodo posterior a 1945, como con el ejemplo de la Unión Soviética de Mijaíl Gorbachov en 1989, cuando Gorbachov confió en sus interlocutores estadounidenses que solemnemente prometieron que Occidente y la OTAN nunca avanzarían hacia el Este. El engaño es el sello de las políticas económicas de EE.UU desde que Bretton Woods estableció el Dólar como supremo, en 1944, así destruyó a cualquier desafío potencial que amenace la dominación del dólar estadounidense como moneda de reserva —uno de los pilares más estratégicos del poder estadounidense aparte del ejército.
Si examinamos la política actual estadounidense en el Medio Oriente, en particular en Siria y en Irak, y asumimos que es una estrategia muy bien pensada para alcanzar un objetivo especifico, bien definido, la situación es muy diferente.
Mi conclusión actual es que bajo una cortina de humo de aparente confusión e incompetencia política en el lado de Washington, el Pentágono, el Departamento de Estado y sus partidarios en Wall Street, hay una estrategia cuidadosamente planificada para prender una guerra en el Medio Oriente rico en petróleo y gas que cambiará considerablemente el mapa político y geopolítico del petróleo del mundo. Sí, otra guerra por el petroleo como muchas de las guerras del siglo pasado.
Los expertos de los Think Tank de Washington-Wall Street detrás del cambio por venir están orquestando las acciones de los actores estatales en el Medio Oriente que, cegados por su propia codicia o el deseo de un imperio, Otomano o Saudi, no ven que están cayendo en una trampa mortal.
Por lo visto no han estudiado a Sun Tzu, mucho menos, ni siquiera pensado en temas tan profundos como conocerse a sí mismos y conocer a su enemigo. Ellos están impulsados principalmente por un odio feroz, como es el caso de Erdogan y su actual–odio en Turquía por los Sirios, los Kurdos, los Europeos, incluso para los Saudíes de quien Erdogan afirma ser aliado. En la Alcazaba de Erdogan, cada uno tiene sus dagas listas detrás de sus espaldas.
Washington preparo la trampa ¿Cuál puede ser la estrategia verdadera de Washington y de sus patrones en Wall Street en el presente caos en Medio Oriente llamada la “guerra para derrotar a DAESH o el EI”?.